Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Como parte del
Festival Photoville 2012 en Nueva York, Estados Unidos, Roberto Molina Tondopó,
con el apoyo del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes
(Coneculta-Chiapas), aportó su arte fotográfico a esta interesante muestra.
Originario de Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas; Molina Tondopó es maestro en Diseño y licenciado en Diseño
Gráfico. Egresado del Seminario de Fotografía Contemporánea del Centro de la
Imagen, con sede en el Centro de las Artes de San Agustín, en Oaxaca.
Recientemente participó, además, en la exposición "Looking at México"
en Los Ángeles, California.
En entrevista, el
fotógrafo chiapaneco Roberto Molina comentó acerca de su experiencia durante su
participación en la exposición de fotografía contemporánea mexicana en Estados Unidos:
R.M: La exposición es
el proyecto que curó el fotógrafo Alejandro Cartagena, de quien tuve el agrado
de recibir la invitación para formar parte del conjunto de fotógrafos que
representan desde su visión la Fotografía Contemporánea Mexicana hoy en día,
bajo el título de "Looking at México". Esta invitación representa
para mí, muchas cosas, en primer lugar, un gran logro ser considerado parte de
esta denominación de Fotografía Contemporánea que representa la visión de
México por mexicanos, hacia el extranjero. Lo cual es muy importante, para
mostrar mi trabajo desarrollado en Chiapas, a través de un lenguaje único, y
que pueda ser considerado como una propuesta en el mercado de la fotografía,
cuando tenemos tanto talento y fotógrafos emergentes, en nuestro país. Lo cual
en sí mismo es un reto, definir la fotografía mexicana, pasando por los temas
que nos definen como país. Estos fotógrafos son Alejandra Laviada, Melba
Arellano, David Corona, Claudia Hans, Eunice Adorno, José Luis Cuevas, Kenia
Nárez, Omar Gámez, Alinka Echeverria y un servidor. Cabe decir, que me entusiasma
estar al lado de grandes fotógrafos con los que comparto esta exposición, son
personas a las que admiro y aprecio enormemente y de las que he seguido su
trayectoria.
Por otro lado, es un
reconocimiento del cariño que envuelve la relación con los seres que más
quiero, es decir la relación con mis sobrinos Andrea y Ángel, quienes son los
protagonistas de la serie “La Casita de Turrón”, por lo que este trabajo es tan
especial para mí, tan honesto e íntimo. Ese es el ingrediente de un proyecto
exitoso, el amor que conlleva la materialización de esta relación que es
difícil abordar como imagen, y en la cual estoy inmerso recordando mi propia
infancia.
¿Cómo se dio esta invitación para presentar tu obra en
aquel país?
R.M.: En Estados
Unidos, al mismo tiempo estaba participando en dos grandes exposiciones en el
mes de julio pasado. "Looking at México" se presentó en la ciudad de
Los Ángeles, California, invitación que recibí por el fotógrafo y curador para
este proyecto, Alejandro Cartagena.
La segunda
participación es el Festival Photoville 2012, una muestra internacional donde
se dan cita grandes galerías del mundo de la fotografía y proyectos invitados
en Brooklyn, Nueva York. En este marco, mi proyecto tiene presencia como parte
de la beca que tuve durante el año 2011-2012 de la Fundación Tierney, de la
ciudad de Nueva York, misma que fue otorgada a través del Centro Fotográfico
Manuel Álvarez Bravo de Oaxaca. Los becarios Tierney expusimos ahí, durante el
Photoville en el Brooklyn Bridge Park, para mostrar los resultados de nuestros
proyectos. Esto dentro de un concepto muy innovador de exposición, usando
contenedores como espacios de galería, en un parque industrial teniendo como
postal los atardeceres de Manhattan, desde el puente.
¿Cómo describirías el proceso creativo que te permite
lograr la originalidad de tus imágenes?
R.M.:El proceso
creativo que tengo es intenso porque viene vinculado con mi subjetividad, y
conecta mis mayores desafíos a nivel personal, donde decanto mis miedos más
profundos, obsesiones y ritos privados, perversiones, finalmente representa una
catarsis, a partir de imágenes de mi inconsciente, muchas de esas dolorosas,
donde intento expulsar mis demonios para poder liberarme. Luego está la otra
parte, donde intento contactar con el espectador, el receptor de mis imágenes,
para que mi lenguaje no sea críptico y pueda tocar esas fibras sensibles para
hacer resonancias.