Augusto Solórzano López /ASICh
El H. Congreso del Estado poco a poco va
saliendo de una extenuante jornada en la que quiérase o no, los 41 diputados
(as) se han visto envueltos en una vorágine a dos vientos y aquí lo importante
es no perder el equilibrio, seguir y sacar a buen puerto lo que todos sabemos
la conclusión de una administración y el arribo de una nueva.
Los distintivos de
una y los distintivos de la que viene, son los que por un lado ya vive el Poder
Legislativo recién encumbrado a máxima tribuna del estado y esa LXV Legislatura
es la que tendrá que estrenar los nuevos distintivos del nuevo gobierno.
En el cruce de
vientos, el vendaval de la Glosa del sexto y último informe como se quiera a
veces a pie y a ratos a caballo se la llevaron pian pianito, sin tantas
estridencias, salvo uno que otro resbalón que por adelantado no eran
necesarios.
Se dice que de lo
bueno se aprende, pero, de los errores también, de allí que los dividendos siempre
serán buenos si son capitalizados con inteligencia. Inteligencia a la que
tendrán que apelar nuestros legisladores que por algún motivo resbalaron.
Así el compás cada
vez es más cerrado y por el contrario se encuentra diríamos en el período de
clímax en el que sin duda pueden haber exabruptos que con tiento y prudencia
habrá que operarlos con sobriedad para atajar descalabros no deseados.
Al contrario, el
Poder Legislativo debe engrasar muy bien una milimétrica maquinaria para que
puede acceder al poder un Manuel Velasco Coello, con absoluta pulcritud y asuma
responsabilidades como parece a él le gusta. Impecable.
Y un poco más allá de gustos, importa mucho el
sentido político que lo arrope a él, al nuevo gobernador y ese calor social que
seguramente lo tendrá y se manifestará como lo hizo en la irrefutable votación
jamás alcanzada en la historia electoral de Chiapas.
Así pues que independientemente de la parte
que les corresponda a los demás el Congreso del Estado, tiene ante sí la
oportunidad de reivindicar sus arrestos y demostrar que hay probidad, calidad y
hasta discreta elegancia política.
Y que si en el desarrollo del evento
de asunción del nuevo poder se presentan efectos colaterales, esos no son
propiedad del nuevo gobierno, así que por ello, ni preocuparse cada quien
cosecha lo que siembra, y punto.
Los mandos principales de la LXV Legislatura
lo saben. Lo sabe el Presidente del Congreso Noé Castañón Ramírez, como también
es de su conocimiento del aunque joven; capaz, Neftalí del Toro Guzmán, quien
ha demostrado sobriedad y sencillez.
El cuerpo legislativo
responde a diferentes capacidades y nexos políticos, pero, todos con la mayoría
de edad y la estatura como para secundar entre los unos con los otros un buen
trabajo que pase la prueba y reciba como debe al nuevo gobernador.
Con lo anterior, nos
declaramos listos para ver un trabajo impecable de un Poder Legislativo maduro
y ecuánime, no puede ser de otra manera y desde ahora, aseguramos que así será.
La cuenta regresiva ha comenzado. ASICh